El Gobierno no equivocó el camino al facilitar los divorcios rápidos en las notarías de fe pública, pues un rápido sondeo a cinco personas en los tribunales de justicia permitió establecer que cuatro están de acuerdo con lo planteado en ese tema.
Como antecedente más inmediato se tiene que la pasada semana se registró por primera vez en Bolivia un caso de divorcio por la vía notarial, a diferencia de años anteriores, cuando los procesos eran largos, costosos e incluso causaban daños emocionales en los hijos por las constantes disputas.
“Esto es algo positivo porque mi proceso de divorcio en la vía civil está durando mucho. Si esta ley hubiese estado en vigencia antes, tanto yo como la que continúa siendo mi esposa habríamos ahorrado dinero y tiempo”, dijo Mario R. M.
La rapidez es una de las facilidades que brindan los denominados códigos ‘Morales’ (de las Familias y del Proceso Familiar; y el Procesal Civil), que fueron postergados en su vigencia para el 6 de febrero de 2016, aunque algunas de las disposiciones transitorias, entre ellas la del divorcio notarial, ya son aplicadas por los notarios de fe pública.
“Estoy convencida de que el Gobierno siempre piensa en su pueblo, y en este caso, cuando toma en cuenta la ley de las familias y del procedimiento civil, realmente nacionaliza este tema de los códigos porque siempre hemos copiado, hemos sido expertos copiadores de códigos del extranjero”, dijo la diputada Betty Yañíquez, presidenta de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados.
La legisladora señaló que cuando esas normas copiadas tienen que ejecutarse en el país, no dan los resultados esperados porque al ser copias de otras realidades no están acordes ni adecuadas con lo que se vive en Bolivia, sobre todo con el proceso de cambio.
“Realmente, los códigos ‘Morales’ son hechos por bolivianos para los ciudadanos de este país y están acordes a la realidad en la cual vivimos actualmente”, aseveró.
Mucha espera
La exjuez de instrucción en lo penal agregó que con la antigua norma, un divorcio, que debía tener una duración y un tiempo límite, se prolongaba muchos años, lo que era muy contencioso.
“Pero ahora ya existen divorcios acordes a la circunstancia y al caso, por ejemplo aquellos en que la pareja no tiene bienes ni hijos. Es decir, lo único que tiene que hacer es acudir donde la persona que los casó y será pues la misma persona quien también va a romper este vínculo”, dijo.
Yañíquez añadió que cuando existen bienes y se da la controversia, existen también procedimientos y términos mediante los cuales puede concluir rápidamente el trámite. “Por eso creo que es una solución favorable para la población”, aseveró.
Según el texto de la ley, el divorcio notarial puede ir adelante cuando “exista consentimiento y mutuo acuerdo entre los cónyuges sobre la disolución del matrimonio, “no existan hijos del producto de ambos cónyuges”, “no existan bienes comunes” y cuando “no exista pretensión de asistencia familiar por ninguno de los cónyuges”. Todo esto está en el Artículo 94.
notaria
Acerca del asunto, la doctora Mónica Ordóñez Morales, notaria de Primera Clase Nº 47 de La Paz, dijo a Cambio que éstos son trámites y avances viables para acortar procesos largos de divorcio, aunque afirmó que ella todavía no atendió ninguno.
“Cuando llegue uno voy a regirme a la Ley del Notariado y su reglamento”, dijo Ordóñez, quien agregó que primero se verán los requisitos.
Asimismo, la notaria de fe pública explicó que lo más positivo de la norma es que servirá para que no haya tanta carga procesal en los juzgados civiles, donde los trámites se prolongan también porque los jueces tienen mucho trabajo y la densidad de la gente aumenta años tras año.
Los pleitos generan problemas emocionales
La diputada Betty Yañíquez dijo que uno de los efectos de los divorcios es que se producían más pleitos, pero sobre todo afectaba emocionalmente a los hijos.
“Tanta barbaridad que las parejas se decían derivaba en que ellos se enemisten hasta de por vida, pero ahora no, el trámite es más concreto, realmente es más efectivo, no solamente en el aspecto de la retardación de justicia, sino también emocionalmente para la familia y los hijos.
En este caso, Jimena F. T., una señora de mediana edad que ya es divorciada, recordó que sus hijos sufrieron mucho por el largo proceso de separación. “Mi exesposo venía a la casa, muchas veces mareado (borracho) a insultarme porque la plata se iba en los abogados”, dijo.
Añadió que todavía esta resentida con su exesposo y que el mayor de sus hijos, ya mayor de edad, bebe demasiado. “Parece que todo lo vivido en el pasado le ha afectado”, dijo apenada.
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