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miércoles, 26 de diciembre de 2012

CUERNOS, LA RUTA DEL PERDÓN

Fueron la pareja más mediática del mundo de la farándula y lo que comenzó como un romance de película se tornó en una cinta de terror. Robert Pattinson y Kristen Stewart, protagonistas de la saga Crepúsculo, enamoraron dentro y fuera de la pantalla grande, y cuando la sombra de la infidelidad acechó al famoso vampiro a este le tocó transitar el doloroso camino del perdón, el mismo que supo recorrer ante la mirada atenta de sus seguidores.

Se tomó su tiempo, pero dejó de lado su ego y perdonó el desliz de Stewart con el director de Blancanieves y la leyenda del cazador, Rupert Sanders, lo que trajo a la mesa del debate la pregunta ¿los hombres pueden perdonar y bancarse los ‘cachos’?

Socialmente para el hombre es más difícil tolerar la infidelidad dicen los expertos.

Un colega de trabajo acudió a a la socióloga Roxana Melgar para pedirle consejo, pues su pareja lo había abandonado y él estaba dispuesto a perdonarla, a pesar de que su familia y el entorno social lo presionaban para no hacerlo.

El hombre engañado de esta historia se preguntó: ¿realmente la amo? Cuando se dio cuenta de que la respuesta era afirmativa, se jugó su última carta y retomó su relación. Eso sí, no volvió por su trabajo ni frecuentó el círculo social al que estaba acostumbrado.

Pero eso no fue lo que le pasó al seductor vampiro de Crespúsculo, porque se trata de un famoso y no de un hombre común y silvestre. “A él le conviene adoptar el rol de víctima, porque perdonó y ganó simpatía, quedando de buena gente”, explicó el sicólogo y terapeuta sexual Hugo Velarde.

Pero, ya saliéndonos del mundo de la ficción y más concretamente en nuestra sociedad, las relaciones hombre-mujer han ido cambiando. Ahora ellas también tienen las mismas tentaciones que los varones, ya no están encerradas en sus casas criando a los hijos, salen a la calle, tienen un trabajo y colegas que las pueden estar ‘merodeando’.
“El dolor por los cuernos se debe al estigma social, por el hecho de que todavía se considera que es normal que él se la haga a que ella lo traicione”, dijo Velarde, que asegura que el éxito para superar la infidelidad está en que la persona que perdona asuma las consecuencias de ese perdón. El dilema no se resuelve con solo decir te perdono, hay que pensar bien cómo manejar el recuerdo de esa infidelidad.

Porque si se recuerda todo el tiempo ese desliz y se trata de controlar a la pareja el efecto será contraproducente.
Medir los pasos, revisar el celular y caer en una serie de situaciones de constante sospecha volverá agobiante la relación.

El estigma de ‘loca’ y el de ‘cornudo’
Los especialistas coinciden en señalar que en nuestro medio las mujeres tienen mucho más cuidado cuando son infieles porque temen ser etiquetadas en una sociedad, como la boliviana, que todavía es conservadora. Todo lo contrario pasa con los hombres que son los primeros en alardear entre sus amigos que están teniendo una nueva conquista, pero cuando llega la sombra de la infidelidad ambos, otra vez, actúan totalmente opuesto. Ellas lo callan y no comparten sus intimidades ni con sus mejores amigas, mientras que ellos corren donde los amigos a hablar sobre lo que sospechan que está pasando porque se consideran una víctima. Y si después vuelven con su mujer tienen vergüenza de mostrarse en público por la etiqueta de ‘pocholo’. Al final, o la esposa recupera el lugar que tenía o la pareja termina saliendo del círculo social que frecuentaba.

El tortuoso camino del perdón
Es supercomplicado perdonar.
La sicóloga Ruth Pareja hace una analogía: “Una relación es como escribir de a poco en un papel todos los días, si algo lo mancha nunca más será igual, pero podés rescribir la historia sobre otro papel donde debés hacer borrón y cuenta nueva”. Después de aceptar la infidelidad, viene el proceso de duelo y al final aprendés a vivir de nuevo con esa persona, volvés a establecer vínculos o das por terminado todo.
Para Velarde perdonar depende de ¿cuántas veces ha sucedido la infidelidad? Si se trata de la primera caída es más factible que lo puedan superar, pero, si es una de muchas, no hay remedio. La víctima está siendo parte del problema, porque no quiere abrir los ojos a la realidad.
Otro aspecto importante son los parámetros sobre los que se fundamentó la pareja: qué pensaban ambos sobre la fidelidad como valor y qué tan claramente especificaron ese tema. Pero lo más importante de todo es cómo afrontan la infidelidad. En esas situaciones hay que hablarlo de una vez y muy claro.
Sobre el perdón, también hay que reparar en quién y cómo es aquella persona a la que le va a tocar el papel de verdugo o liberador, pues mucho depende de la formación de esa persona. No será el mismo veredicto si se trata de alguien mayor y tradicional con valores muy distintos a los de alguien joven y muy liberal, como bien lo recalcó la socióloga Roxana Melgar.

Enfrentar el fantasma de la inseguridad
Primero hay que analizar friamente los hechos. Si se volvió a repetir la infidelidad o si es que solo fue una vez. El mejor ejercicio es buscar evidencias reales y discutir racionalmente consigo mismo por qué se está inseguro, pero si esto no da resultado hay que acudir a terapia.
Se puede lograr superar la inseguridad en unas cuantas sesiones para convencerse de que te pasó una vez y que no necesariamente se va a repetir. Velarde alerta que si no hay amor de por medio, no hay terapia que valga.
“La infidelidad es un problema de dos”, resalta la sicóloga Ruth Pareja, y para lidiar con ella hay que sentarse a hablar para saber si a ambos les interesa restablecer la relación. Buscar ayuda profesional es importante, pues muchas veces no lo pueden resolver solos y buscar consejo de los amigos no es suficiente ni lo más adecuado para ambos.

Los otros involucrados
Lo primero que la pareja debe tener bien definido es si van a volver o no. Desde ahí se empieza a involucrar a los otros miembros de la familia; primero los hijos (que son los más afectados) y luego a los otros integrantes como los suegros, cuñados, etc. Cuando hay una ruptura en la relación los hijos también entran en un esquema de inseguridad, en especial los adolescentes, que están siempre vigilantes de la relación. “Hay veces en que los padres les cuentan sobre la infidelidad de la pareja y los hacen cargar con esto, tremendo error”, explicó Pareja.

Casos y cosas de la vida real
María Fernanda (40) le pidió tiempo a su esposo y lo convenció de salirse de la casa. Le dijo que había conocido a otro hombre que le atraía mucho y que estaba confundida respecto a sus sentimientos. Acto seguido, el hombre entró en una etapa de negación, no entendía por qué había pasado todo aquello y empezó a relacionarse con muchas mujeres, pero en todos sus intentos no encontró una persona que lo satisfaga en las relaciones sexuales. Al final, ella lo volvió a buscar y él la aceptó, volvieron pero ya no se animan a vivir juntos y, definitivamente, ambos sienten que la relación no es la misma de antes. Ahora los dos están en terapia y solo el tiempo dirá cómo termina su historia.
El médico sexólogo Herland Roca es más optimista. Aseguró que conoce muchas personas que han sido infieles y han vuelto después. Ahora viven mucho mejor. “Si hay el perdón total se puede superar la infidelidad”. Pone como ejemplo, un caso que le tocó atender. Una pareja se desintegró y después de ocho años de separados se volvieron a ver en una fiesta de cumpleaños y se enamoraron de nuevo. Ahora están felices de la vida.

La importancia de lo sexual
Para Roca, una de las principales causas de infidelidad es la falta de satisfacción sexual. “No hay infidelidad por falta de plata, hay gente que abandona fortunas por un don nadie que les da satisfacción sexual. Me atrevería a decir que en mi consulta el 80 % de las infidelidades son por esa causa”.
Y si se está en el proceso de recomponer la relación después de un desliz no hay que permitir que la mente haga estragos en la cama. “Si yo pienso cómo fue el sexo de mi pareja con esa otra persona me estoy bloqueando y la relación no podrá volver a su cauce normal”, alertó Velarde.

El reto de recorrer la vida como cómplices y amantes
Una mujer puede ser infiel por muchas causas, pero las más frecuentes tienen su raíz en la falta de libertad, carencia de amor y la monotonía, dicen los expertos (ver cuadro a la derecha).
Días previos al gran escándalo que se suscitó por la infidelidad de Kristen Steward, ella había confesado en una entrevista que su vida era muy predecible, que ya estaba cansada de hacer siempre lo mismo y que sentía que le faltaba una gran dosis de emoción. ¡Y vaya que la tuvo después!
Si con esta pareja con fama, belleza y dinero la infidelidad hizo de las suyas, los especialistas indican que nadie está libre de que le ocurra algo parecido, pero que lo importante es cómo afrontar esa crisis y si sentís que la situación se escapa de tus manos, lo mejor es que se recurra a la ayuda de un terapeuta. Es importante no sentir vergüenza y recurrir a un profesional. Es mejor reconocer que el problema te ha superado a negarlo y dejar que el problema crezca sin medida.
La vida diaria es de por sí un reto para la pareja, con altos y bajos, pero la meta es recorrerla como cómplices y amantes.

TRABAJO DE DETECTIVES PARA PESCAR A UN INFIEL

De un tiempo a esta parte el trabajo para los investigadores privados se ha ido popularizando entre hombres y mujeres que requieren sus servicios de espionaje y estos facilitan el tiro de gracia que se necesita para descubrir a un infiel.

Los avisos clasificados que se ofrecen garantizan discreción y un trabajo garantizado. Uno de estos detectives que prefirió el anonimato dijo que de todos los casos que le ha tocado atender en la última década, un 60% de infieles son hombres y curiosamente, la mayoría tenían entre 50 y 70 años. “A esa edad el hombre entra en crisis porque se
siente viejo y quiere recuperar el tiempo perdido, además porque a esas alturas ya está más sólido en lo económico y se puede permitir tener otras mujeres”, afirmó el investigador.

Asegura que la experiencia le ha demostrado que las parejas se recuperan del sacudón de la infidelidad si esta es reciente. Cuando la relación prohibida tiene larga data es más difícil el proceso del perdón.

Él y sus colegas comprueban una infidelidad en cuestión de 15 a 60 días y su tarifa va de $us 300 a $us 1.000.

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