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jueves, 27 de junio de 2013

Evita que las crisis matrimoniales destruyan tu relación

El idealizar a la pareja pronto termina con la convivencia diaria, pero ¿cómo mantener esa hermosa relación de los primeros años de matrimonio y enfrentar con madurez los conflictos que podrían producirse con el paso del tiempo, evitando un final devastador y reafirmando el amor existente?

“Al referirnos al matrimonio hablamos de la pareja, todos debemos tener claro que ésta puede iniciarse de los 14 a 16 años, cuando se tiene la capacidad de abstraer el afecto y controlar el cuerpo. Entonces comenzamos a enamorar lo que los psicólogos definen como la búsqueda del amor”, expresó la psicóloga clínica de Psinergia, Marynés Salazar.

El enamorar es algo maravilloso, porque provoca que las hormonas comiencen a funcionar aceleradamente lo que no permite ver con claridad. Esa búsqueda del amor se produce hasta encontrarlo, entendiendo por amor al proceso reflexivo que permite elegir a la persona con quien se desea compartir la vida.

“El amor permite ver a la persona real con sus virtudes, defectos, potencialidades y limitaciones, en cambio cuando enamoras sólo ves lo positivo, por esta razón muchas parejas se casan enamoradas, pero muy pocas amando. Un matrimonio enamorado piensa que la otra persona es perfecta y que da una felicidad plena y desea mantener esa situación a lo largo de la vida”, explicó la psicóloga.

En poco tiempo ambos cónyugues se dan cuenta que ninguno es perfecto, que no todos los momentos son felices y si se aman se tendrá la capacidad de tomar esos momentos difíciles para crecer en pareja, pero si están enamorados surgirá el conflicto con frases como: yo no sabía que eras así o antes eras diferente que responden a personas enamoradas.

POSIBLES SOLUCIONES

La psicóloga afirma que la primera crisis surge con la convivencia diaria, porque una cosa es conocer a la pareja al enamorar y otra al casarse.

Cuando se enamora conocemos a un extraño al que nos adaptamos y al convertirnos en esposos esta persona vuelve a ser desconocida. Entonces es saludable reconocer que ambos estarán en constante cambio.

La segunda crisis ocurre con la llegada de los hijos, que es motivo de dicha en la pareja si es planificada, esto significará un cambio en sus roles de pareja, esposa o esposo y de madre o padre. Si la maternidad o paternidad es tomada negativamente puede ocasionar la desatención de los conyugues y provocar celos en él o ella.

Otra de las crisis en el matrimonio es cuando los hijos ingresan en la pubertad, porque mientras eran niños los padres se adaptaron a ser la pareja y papás, pero ahora es una situación desconocida, cuando los jóvenes se independizan y generan autonomía deberán reestructurar su relación de su conyugue para manejar la relación con su joven hijo.

Una de las crisis más fuerte se produce cuando los hijos se van de casa a esto los psicólogos denominan “el nido vacío”, muchos padres se acostumbraron a este rol por años y al no haber polluelos se vuelven a mirar y preguntarse si se siguen amando como pareja y volverán a enamorar otra vez a su compañero de vida.

También está la conocida crisis de los 40, en la mujer sucede entre los 40 a 50 años con el decaimiento hormonal del climaterio que afecta su autoestima viéndose poco atractiva y en el varón entre los 45 a 50 años con la andropenia con el descenso de los andrógenos con menos testosterona se verá con un cuerpo menos atlético y su respuesta sexual no será la misma en pareja.

“Dicen, mi mujer es aburrida ya no quiere tener relaciones conmigo en desconocimiento a estos cambios hormonales, es una etapa crítica en el matrimonio porque tiene a dos personas que si no han cultivado su autoestima se verán frágiles y sino tienen una información clara de los cambios que suceden en sus cuerpos van a comenzar a pensar en infidelidades sin que éstas existan”, aseveró Salazar.

Finalmente, está la dificultad con la cercanía de la muerte, ese temor al quedar solo en ausencia de esa persona amada, muchas veces nos cerramos y hacemos dependientes, pensar que no se puede seguir adelante en solitario.

POSIBLES SOLUCIONES

La crisis matrimonial debe ser sinónimo de crecimiento en pareja, porque de lo contrario las personas estarían aplanadas afectivamente. Una manera de superar la primera crisis es fomentar el diálogo en pareja, el escuchar y hablar de lo que uno siente y no de lo que piensa que el otro desea escuchar. Una conversación profunda acerca de placeres, displaceres, miedos, alegrías y proyectos en común e individuales.

En el segundo caso, la alternativa es que ambos padres conversen cuando desean tener su primer hijo, el cómo asumirán el rol como padres y de pareja, si desean esperar a tener una estabilidad marital y económica antes de disfrutar de este momento en sus vidas.

El tercer momento, puede ser solucionado con el diálogo sobre la educación de los hijos, dejar claro qué reglas se tendrán con respecto a las salidas de casa y el cumplimiento de deberes. Además de mantener la relación de pareja, pensar en qué cosas necesita tu pareja para que no piense que la estamos dejando de lado.

“Cuando los hijos llegan a la pubertad es importante dialogar con la pareja de cómo éramos de jóvenes a esa edad, qué es lo que queríamos y cómo nos respondían nuestros papás y cómo quisiéramos que nos respondan al dialogar. El darles el buen ejemplo de que nos amamos y llevamos bien en pareja”, agregó la psicóloga.

Cuando los hijos dejan el hogar se produce otra dificultad que puede ser superada con sinceridad preguntando a la pareja si con el paso de los años ya no se tiene el mismo atractivo inicial, si todavía la desea como pareja, si en ese tiempo se han reducido los encuentros íntimos le hace sentir abandonado o abandonada y cómo se puede manejar esta situación.

En la vejez preparar a tu pareja para una eventual partida decirle que el día en que yo te falte sé que me vas a extrañar, pero también estoy seguro que vas a poder salir adelante tu solo o sola yo te conozco bien.

Finalmente la especialista aseguró que estas crisis pueden ser superadas si existe una voluntad mutua para resolverla, porque de lo contrario puede dejar la opción de que surja alguna infidelidad que podría hacer reaccionar a la pareja o terminar con su unión definitivamente.

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