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miércoles, 30 de enero de 2013

Él tiene una amante ¿qué hago? ¿lo dejo?

Ruptura. La infidelidad es la mayor causa de separación de parejas. Superar una crisis es una decisión y labor de ambos. Los
terapeutas dicen que es posible una reconciliación

Es el tema más frecuente a tratar en los consultorios de terapia familiar, pues la infidelidad no solo afecta al esposo y a la esposa, sino repercute negativamente en los hijos y en todo el entorno del hogar. Cuando los terapeutas hablan del tema, señalan que es un problema muy común en nuestra sociedad y que no solo los hombres son infieles, sino también las mujeres, aunque en menor cantidad. Los sicólogos aseguran que cuando ella es la que traiciona, casi nunca su pareja la perdona, pero sí es más frecuente el perdón en el caso contrario.

Criterios
Las sicólogas terapeutas del Servicio de Orientación Familiar (SOF), Teresa Vaca e Isabel Alexander, coinciden al explicar que cada caso de familia es único y que las situaciones son particulares, por ello no existe ninguna receta que brinde los ingredientes de la fórmula mágica que solucione un problema de infidelidad en la pareja.

Sin embargo, hay algunas pautas que permiten la restauración de un matrimonio cuando este ha sufrido la ruptura a raíz de una traición. Ambas también coinciden en que lo mejor es preservar la relación y hacer todo lo posible porque la familia retome su unidad.

Según Teresa Vaca lo indispensable para que esto ocurra es que la relación de pareja no haya sido carcomida por la violencia y que la situación no alcance márgenes insalvables.

Para Isabel Alexander lo más importante es que tanto él como ella se amen, pues si se aman podrán recomenzar e iniciar una nueva etapa en su vida matrimonial. “Si ya no se aman será prácticamente imposible considerar un retorno”, agrega. Pero no solo se trata de amar, hay un paso muy importante que subraya Isabel Alexander es hacer “borrón y cuenta nueva”, o sea, comenzar de cero.

Este es un ejercicio que necesita la voluntad y la participación de ambos, también exige un ejercicio previo de revisión de actitudes negativas de cada uno que pudieron haber sido la causa que llevó a la infidelidad a uno de ellos, por ejemplo la monotonía y la desatención de su pareja, el mal humor, la indiferencia, la rutina, etc.

En la mayoría de las veces es bueno acudir a una tercera persona que ayude en el proceso, un sicólogo, un sacerdote o un consejero.

Alexander explica que una vez que la pareja decide volver, requiere un proceso de acercamiento y de reenamoramiento. Para esto tiene que iniciar una nueva vida consciente de no repetir los antiguos errores y además, brindándose tiempo para la pareja. Como una salida al mes, solos, un pequeño viaje de un fin de semana. Esto hará que la pareja vuelva a encontrarse.

Sentimientos
Sin embargo, así como la realidad de cada pareja es única, también cada una tiene sus complicaciones y las infidelidades no son fáciles de superar.

El infiel, en la mayoría de los casos, se siente culpable, despreciable y resignado a la decisión que tome la pareja.

La revista Herramientas para una vida feliz, en su capítulo Consejos para superar una infidelidad, detalla que una vez que la pareja decidió retomar su relación, el que haya sufrido la traición actúe de modo sincero y exprese sus sentimientos sean estos buenos o de rabia y enojo al momento, y no se los guarde para explotar luego de manera más violenta y agresiva. El engañado buscará arrepentimiento y la sinceridad de la pareja y es bueno que valore los esfuerzos y las muestras de mejora del que fue infiel.

El que traicionó tiene que ser completamente sincero y trabajar arduamente para reconquistar a su pareja, no solo inspirando confianza, sino dando amor y demostrar su arrepentimiento con hechos.


Restaurar la relación es una labor ardua y difícil
Tiene que ser como una ‘nueva relación’
Cada uno tiene que reflexionar y aceptar sus errores y a partir de eso comenzar de nuevo, luchando para ser mejor cada día y evitar volver a cometer las faltas del pasado.

Hay herramientas que ayudan
La infidelidad es la primera causa de divorcio no solo en nuestro país sino a lo largo del planeta. Para salvar un matrimonio, numerosas parejas acuden a terapias que les permiten discernir la situación y llegar a soluciones.

Mejorar la relación con un lenguaje asertivo
La asertividad es la capacidad y el modo de comunicar sentimientos, pensamientos, opiniones y deseos y otros mensajes de una forma adecuada

Tema clave
Los consejeros de parejas dicen que un punto importante para sacar a flote una relación herida, es el de un lenguaje apropiado.

- Las reacciones del otro dependerán de la forma en que nos expresemos. No es lo mismo ‘quiero que te calles’ que decirle ‘por favor escúchame’.
- Elige preguntar y no acuses. La reacción del otro será distinta si consultamos: ¿Qué pasó con este vaso? en vez de acusar: ¿Por qué rompiste el vaso?
- Evitar generalizaciones y términos como siempre y nunca. No decir: ‘siempre estás en las nubes’. Mejor afirmar: ‘últimamente te encuentro muy distraído’.
- Con el lenguaje asertivo ambos toman en cuenta sus opiniones de manera mutua. Además usan un lenguaje afectuoso, pausado, tranquillo y siempre atento a lo que el otro diga.
- Se puede asumir una posición, la defensa de una idea o de un derecho sin necesidad de agredir o insultar a la pareja. Con respeto, podemos hacer valer nuestras ideas.
- Antes de hablar es bueno reflexionar sobre lo que buscamos y esperamos del otro; sino tenemos las cosas claras primero, será difícil transmitir mensajes adecuados y oportunos.

Cambiar algunas costumbres también puede ayudar
En la etapa de restauración del matrimonio no es recomendable continuar con prácticas antiguas que quizá fueron las que afectaron la relación e hicieron que esta llegue a una crisis por infidelidad.

Aunque volver a confiar es será difícil, hay que intentarlo y para ello es bueno dejar atrás, por ejemplo, la costumbre de espiar constantemente el celular de la pareja. Ahora, si él vuelve a fallar, ya no será nuestra culpa.



Testimonios

1 Las cosas no volvieron a ser nunca más como antes. Nos queremos por eso estamos juntos, pero algo se rompió para siempre cuando él me traicionó. Él dice que fue una aventurita, una equivocación y llora y sigue pidiendo perdón. Lo perdoné, pero no he podido olvidar lo ocurrido. Sin embargo, estamos juntos y nuestra familia ha salido adelante, tenemos tres hijos que están en la universidad. Creo que yo decidí seguir con él porque lo quiero y porque me casé por la iglesia. (J.M)

2 Cuando supe que me engañaba con una amiga muy cercana nuestra, casi me suicido, estuve a punto de darme un tiro en la cabeza, pero luego reflexioné, yo no fui la que cometió el error y no tenía porqué pagarlo con mi vida. Nos divorsiamos, mis hijos sufrieron mucho, sintieron la ausencia de su padre, yo también la sentí especialmente cuando mis hijos estaban adolescentes, pero salimos adelante y no me arrepiento. (H. P)


Proceso
El paso hacia una restauración es perdonar
Perdonar consiste en un cambio de conductas destructivas voluntarias dirigidas contra el que hizo daño por otras conductas constructivas.

El perdón no es un acto único
Es un proceso contínuo que se profundiza y completa con el tiempo

Para la reconciliación
Es preciso que el ofensor restituya el daño causado.



Perdonar, amar y evitar que una crisis llegue a situaciones de violencia son clave para recomenzar
Hay ideas erróneas sobre el perdón como que si se perdona no se debe recordar o sentirse enfadado por lo ocurrido. Recordar es un proceso que responde a estímulos que se encuentran en cualquier parte y los sentimientos no se pueden modificar de modo voluntario, las respuestas a esos sentimientos sí pueden llegar a ser voluntarias. Perdonar no es síntoma de debilidad, porque no se trata de dar permiso al otro volver a hacer daño, sino que se puede perdonar cuidando de que no nos hagan daño de nuevo. (Fuente: scoterapeutas.com)






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