Demi Moore atraviesa uno de los momentos más duros de su vida personal tras pedirle el divorcio a Asthon Kutcher y es que, ya se sabe, siendo 15 años menor que ella, tenía muchos pretextos de acabar siendo infiel.
El amor no tiene edad, pero el estilo de vida que impera en Hollywood no entiende de fidelidad...
Ahora un camión de mudanza se lleva las cosas de Ashton del domicilio conyugal, tras descubrise su infidelidad con una rubia de 22 años el día de su sexto aniversario de pareja. El actor no ha hecho declaraciones y en sus recientes apariciones públicas, la gente le sigue ovacionando.
En cambio Demi, apareció en la premiere de �Margin Call� intentando forzar su amarga sonrisa.
Su delgadez extrema la está llevando a tocar fondo y verla empieza a ser más que preocupante.
Su figura es casi un saco de huesos, la sombra de lo que un día fue una mujer preciosa.
Además de su deterioro físico, hay revistas como �Life & Style� que afirman que, tras llevar años sobria, Moore ha vuelto a beber.
El hecho de que se emborrache para apagar sus penas es doblemente peligroso en su caso ya que es una exalcohólica.
Por lo visto, ni sus sesiones de Kabbalah ni el apoyo de los suyos pueden ayudarla a salir de este pozo de depresión en el que se encuentra.
Y a eso, se le suman los 213 millones de euros que el matrimonio deberá disputarse en su disolución.
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