Ya no es como antes. "Las cosas ya no funcionan como antes, ponerse de acuerdo es cada vez más difícil y por si fuera poco, una conversación es sinónimo de pelea, son los primeros síntomas", apunta el sexólogo Román Rosales.
La pasión se esfumó. Para el experto, la intimidad es uno de los aspectos básicos en una relación estable. "Si no se entienden, ni siquiera en la cama; es que nada está funcionando y realmente es hora de marcharse o despedirse", enfatiza.
Todo es rutina. "Si la pasión se fue y ya nada es como antes, de seguro que la rutina está comenzando a hacer efectos", indica Raquel Fernández, experta en terapias familiares.
Tus sentimientos cambiaron. Cuando se trata de una relación estable, el amor debería ser una constante que se alimenta de detalles y acciones recíprocas. "Pero si este sentimiento en lugar de alimentarse, padece de desnutrición, hay que revisar qué está sucediendo y cómo se puede solucionar", recomiendan ambos expertos.
La pelea es frecuente. "Las constantes discusiones son argumento suficiente", explica Rosales, a tiempo de indicar que esto puede resultar más grave de lo que se cree porque da lugar a tipos de violencia verbal, psicológica y hasta física.
Rumbos diferentes. Cuando se está en pareja es porque hay algo que tienen en común, generalmente, son los planes a futuro. "Por eso que cuando esto cambia, se debe reanalizar qué es lo que se espera del otro", asevera Rosales.
El amor se marchó. Definitivamente, más allá de cosas puntuales, como las mentiras, la desconfianza o el engaño, hay motivos que ocurren porque con el tiempo la relación se va desgastando. La falta de amor o de pasión, tener menos ganas de verse o ver que tienen distintas metas para el futuro son motivos para evaluar si seguir en la relación o no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario