T ras ser rechazado por una mujer, un músico argentino creó un grupo que reúne a otros hombres que vivieron la misma angustia. El “Club de hombres abandonados por una mujer” cuenta con cerca de 900 miembros en Facebook.
El fundador del grupo, Roberto Lázaro, de 35 años, ya ha participado en programas de radio y televisión y explicó que se le ocurrió la idea después de descubrir que no estaba solo en ese “bloque de abandono”.
“Una vez llegué a casa y todas mis pertenencias estaban embaladas en cajas. Así terminó nuestra relación después de siete años de convivencia”, dijo. Entonces, pensó que no era el único que vivía esa situación. “Pensé que nos podríamos unir en este dolor”, explica el artista.
Lázaro compuso una canción en YouTube y pasó a recibir el contacto de otros hombres que también fueron dejados por mujeres. “Fue entonces cuando decidí fundar el club. Pero me sorprendió la rapidez con la que el grupo ha crecido”, afirma. El “Club de los abandonados por una mujer” fue creado hace menos de un año y reúne perfiles eclécticos. Hombres jóvenes y viejos, pero con la misma historia: el abandono.
Lázaro suele liderar las reuniones de los “caídos”, que tienen lugar cada dos semanas en los cafés y plazas.
El músico dice que, en las conversaciones, ellos “comparten el dolor” y “tratan de superar la angustia y transformarla en algo positivo”. Lázaro suele decir a los miembros del club que “la mujer continúa siendo la inspiración (para la vida), y que el resentimiento se debe evitar”.
Reconoce, sin embargo, que esa tarea puede ser difícil. “A veces, ellas nos dejan por hombres más jóvenes o más ricos”. Lázaro afirma que muchos hombres incluso se sienten avergonzados de contar la experiencia que han vivido, especialmente en Argentina. “Nos enseñaron a no llorar, a nunca demostrar nuestros sentimientos. Por eso, algunos al principio dejaban críticas en nuestro muro. El club cuenta con integrantes de Argentina, de Uruguay y México. Es un club de apoyo a quienes quieren contar su historia y saber que no están solos en esta experiencia”, asegura.
Caja de sorpresas
Jorge Roque, de 83 años, y César Cardozo, de 30 años, se “identifican” con el club.
Roque aprendió a escuchar música en un bar en el barrio de Belgrano, en Buenos Aires, y se unió al grupo. Cardozo conoció la idea por internet. Para él, las mujeres han sido una especie de “caja de sorpresas” de la cual puede salir una muñeca o un guante de boxeo.
Roque comentó que participa en las reuniones porque es una forma de combatir la soledad. Cardozo decidió unirse al club después de que su mujer lo dejara por su mejor amigo. “Ya ha pasado más de un año pero siento un dolor terrible. Vivo el día a día hasta que ese dolor desaparezca”, afirma.
Cuando se enteró de la traición, él dejó su tierra, Misiones, en la frontera con Brasil, y se mudó a Buenos Aires. Trabaja como jardinero en una empresa de limpieza de la capital argentina. “En el club veo que no estoy solo en este drama”, explica (BBC).
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