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lunes, 20 de octubre de 2014

Londres es la capital internacional del divorcio



Puede que Las Vegas sea el lugar más divertido para casarse, pero Londres parece el mejor para liquidar matrimonios de todo el mundo, y el divorcio de un empresario malasio y una reina de la belleza refuerzan la idea.

Una ola de millonarios chinos, rusos, estadounidenses y europeos, la mayoría empleados en el sector financiero, eligen poner fin a sus matrimonios ante un juez inglés.

No todos son tan ricos como el malasio Khoo Kay, con un patrimonio de, como mínimo, 400 millones de libras (640 millones de dólares, 500 millones de euros) y su esposa Pauline Chai, cuyos 1.000 pares de zapatos y las 22.000 libras mensuales que necesita para su Rolls Royce y su chofer hacen las delicias de la prensa.

Pero sobre todo, su caso ha atraído atención sobre un fenómeno que ha convertido a un puñado de abogados londinenses especialistas en divorcio en casi tan ricos como sus clientes.

Un juez de la Alta Corte de Londres decidió el viernes que el divorcio de Chai y Peng tras 40 años de matrimonio puede dirimirse en Londres, como pretendía la antigua Miss Malasia, y al revés de su marido, que quería que fuera exclusivamente tratado por la Justicia de su país. Como Chai vive en Inglaterra —en una mansión en las afueras de Londres rodeada por un parque de más de 400 hectáreas— sus abogados sostenían que el caso tiene que ser juzgado aquí.

Así, el divorcio podría dar lugar a la sentencia más onerosa nunca emitida en Inglaterra, dada la longevidad del matrimonio. El récord lo ostenta el oligarca ruso ya fallecido Boris Berezovsky, que se cree que tuvo que pagar 220 millones de libras (354 millones de dólares) a su exesposa Galina Besharova en 2011.

¿Qué es lo que hace a Inglaterra un destino tan atractivo para los divorcios? La abogada Sandra Davis, del bufete Mishcon de Reya, que representó a la princesa Diana y a Jerry Hall —ex de Mick Jagger—, entre otros casos de divorcio, cree que las cortes inglesas son muy generosas con las demandantes. “Inglaterra se ha convertido en un lugar muy atractivo para las esposas, porque las indemnizaciones son considerablemente más altas que en ningún otro lugar del mundo. Es una jurisdicción que el creador de riqueza quiere evitar”.

“La respuesta es el dinero”, dijo Elizabeth Hicks, del bufete Irwin Mitchell. “En el caso de un matrimonio largo, el punto de partida en Inglaterra es ‘¿por qué no dividir a partes iguales los bienes?’”.

Las cortes inglesas parten de la base de que los bienes matrimoniales se reparten a partes iguales, para beneficio del cónyuge más desfavorecido, generalmente la esposa. Es algo que contrasta con otros muchos países de Europa y se traduce en mayores compensaciones.

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