“Yo recuerdo que cuando había algún problema grave acudíamos a mis padrinos, y ellos venían en la madrugada para que arreglemos el problema”, expresa Rosa Delgado.
Entre las razones para que esta situación haya cambiado, Vargas señala que sucedieron dos cosas: las parejas ya no identifican o nombran a sus padrinos con esa misma visión o respeto y, por otro lado, los padrinos ya no asumen plenamente esa responsabilidad que les fue otorgada en el matrimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario